ENZIMAS,
EL FUTURO CONTRA EL CÁNCER
Aguiñaga-Hernández
DI1,
Almaguer-García LY1,
Coronado-Centeno K1,
Rivera-Chávez
MJ2
1. Estudiantes de la
licenciatura en Médico Cirujano, 6to semestre, Departamento de
Medicina y Nutrición, División de Ciencias de la Salud,
Universidad de Guanajuato, México.
2.
Coordinador del Módulo de Medicina Interna de Fase 2, de la
licenciatura en Médico Cirujano, Departamento de Medicina y
Nutrición, División de Ciencias de la Salud, Universidad de
Guanajuato, México.
RESUMEN.
En las últimas décadas,
diversas investigaciones se han enfocado en descubrir nuevas formas
de prevenir el cáncer. Se han estudiado sustancias que actúan al
inducir ciertas enzimas de nuestro cuerpo, que favorecen la
eliminación de carcinógenos. Esto ha sido estudiado más a fondo en
el carcinoma hepatocelular, en poblaciones expuestas constantemente a
sustancias encontradas en ciertos alimentos mal almacenados llamadas
aflatoxinas, observando tener una actividad carcinogénica directa.
Palabras
clave:
Cáncer, enzimas, carcinógenos, carcinoma hepatocelular, aflatoxinas
ABSTRACT.
In
recent decades, various investigations have focused on discovering a
way to prevent cancer. These investigations have studied the
substances that act by inducing certain enzymes in our body, which
favor the elimination of carcinogens. These have been studied more
thoroughly in hepatocellular carcinoma, in populations that are
constantly exposed to substances called aflatoxins, found in certain
foods, which have a direct effect on the appearance of cancer.
Key
words:
Cancer, enzymes, carcinogens, hepatocellular carcinoma, aflatoxins
RESUMO.
Nas
últimas décadas, diversas investigações têm focado em descubrir
uma forma de prevenir o cáncer. Tem-se estudado substâncias que
atuam ao inducir certas enzimas de nosso corpo, os quais favorecem a
eliminação de agentes cancerígenos. Estes tem sido estudadas mais
a fundo no carcinoma hepatocelular, em populações que estão
constantemente expostas a substâncias chamadas aflatoxinas,
encontradas em certos alimentos contendo um efeito direto no
aparecimento do cáncer.
Palavras-chave:
Câncer, enzimas, carcinógenos, carcinoma hepatocelular, aflatoxinas
El
cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo,
además de ser una creciente amenaza para los países en vías de
desarrollo, como lo es México, en los que se ha observado el
incremento de la aparición de este padecimiento, en parte debido al
crecimiento y envejecimiento de la población, por lo que es un
asunto de importancia para nuestro país [9] [10].
Un
claro ejemplo de esto es que la mortalidad por cáncer en
Latinoamérica es del doble que en países más desarrollados. Y
hablando específicamente de México, tan solo en la década
comprendida entre 2000 y 2010, en promedio ocurrieron 66,000 muertes
anuales por esta enfermedad, manteniéndose entre una de las tres
primeras causas de muerte [8].
Esta
condición también es importante para el gasto público del país,
ya que su tratamiento representa un costo bastante elevado del gasto
público del país. Por otra parte, debemos tomar en cuenta que gran
parte de las personas que padecen cáncer forman parte de la
población económicamente activa, y de quienes, en muchas ocasiones,
dependen familias enteras, así, esta condición también conlleva un
desbalance en las finanzas personales de la población.
Por
todo lo anterior, la prevención del cáncer es un tema de vital
importancia y es hacia donde se han enfocado investigaciones con el
fin de encontrar sustancias que puedan proteger al cuerpo de padecer
esta enfermedad.
¿QUIMIOPREVENCIÓN?
¿SE PUEDE PREVENIR EL CÁNCER?
Se
le llama quimioprevención al empleo de algunos medicamentos,
suplementos o alimentos específicos con el fin de impedir o revertir
el proceso de generación de cáncer [4]. Diversos estudios han
comprobado la eficacia que tienen ciertas sustancias en la inhibición
del proceso de tumoración inducido por carcinógenos en diferentes
tipos de cáncer, esto se ha estudiado más a fondo en el carcinoma
hepatocelular.
El
carcinoma hepatocelular (CHC) es hoy en día un problema de salud
pública, constituye el sexto cáncer más frecuente a nivel global y
el tercero en causa de muerte relacionada a cáncer. En México se ha
visto un importante incremento en la incidencia del carcinoma
hepatocelular y un aumento del 14% en el número de defunciones del
2004 al 2006 y se espera que aumente más en las próximas décadas
[11].
En
la incidencia de este tipo de cáncer existe una marcada variabilidad
geográfica, mientras que en el norte de Europa y el continente
americano poseen una baja incidencia, en el sudeste Asiático y en
África cuentan con una elevada incidencia, siendo China el sitio en
donde se ha encontrado la mayor cantidad de casos, debido a la
elevada exposición de su población a factores de riesgo para CHC
como lo es la presencia de infección del virus hepatitis B, así
como la elevada ingesta de alimentos contaminados por aflatoxinas
[11].
La
hepatitis es la presencia de inflamación del hígado, se da
principalmente por los virus de hepatitis B y C, los cuales provocan
el 80% de los cánceres primarios de hígado en todo el mundo. Esto
es de especial importancia debido a que la infección por el virus de
la hepatitis B es prevenible por medio de la vacunación, de igual
forma el hígado graso (acumulación de grasa en hígado), el
tabaquismo, el alcohol son factores de riesgo para CHC que pueden
prevenirse [11].
Las
aflatoxinas son una serie de toxinas producidas por ciertos hongos,
Aspergillus
flavus y
Aspergillus
parasiticus (fig. 1) que están presentes en los cultivos de maíz, maní, cacahuates,
frutos secos, arroz y otros cereales que han sido almacenados de
manera inadecuada (fig. 2). Al ser ingerida la aflatoxina B1 es
metabolizada y activada por ciertas enzimas microsomales hepáticas
siendo su forma activa la responsable de la actividad carcinogénica
[11].
Fig.
1. Dibujo de Hongo aspergillus visto al microscopio.
|
Fig.
2. Crecimiento de hongo aspergillus en granos de maíz.
|
Aunque
en México se tiene un estricto control en las políticas sobre
almacenamiento de los alimentos, se sabe que hasta un 45% del maíz
consumido en México es importado, lo que podría explicar la
presencia de alimentos contaminados por aflatoxinas en México.
¿QUÉ
SON LOS CARCINÓGENOS Y CÓMO ACTÚAN?
Un
carcinógeno es cualquier agente que genera múltiples mutaciones o
lesiones a nivel genético, y favorece la aparición de células
tumorales. Pueden distinguirse 3 clases de carcinógenos: 1)
productos químicos, 2) agentes físicos (radiación), 3)
microorganismos (virus y bacterias)
[5].
Para
entender cómo actúan las enzimas dentro del proceso de generación
del cáncer es importante saber que los carcinógenos químicos
pueden actuar de manera directa o indirecta. Los carcinógenos
químicos directos son aquellos que no requieren ser metabolizados
para generar alteraciones dentro de las células. En cambio, los
carcinógenos químicos de acción indirecta son productos químicos
inactivos que necesitan una conversión metabólica dentro del
organismo para ser activados y tener así la capacidad de interactuar
con el ADN de nuestras células, en donde generarán lesiones o
mutaciones, provocando así la aparición de oncogenes (genes
productores de tumor) e inactivando a los mecanismos naturales de
protección contra el cáncer (genes supresores de tumor) [5].
PERO,
¿QUÉ SON LAS ENZIMAS?
Las
enzimas son catalizadores (aceleradores) de las reacciones químicas
que suceden dentro de los organismos vivos [6].
En ausencia
de la actividad de las enzimas muchos de los procesos que ocurren en
nuestro organismo ocurrirían de una manera tan lenta que la vida no
sería posible. La importancia de las enzimas se ve reflejada en la
inmensa cantidad de enfermedades asociadas a la falta o alteración
de tan solo una de estas en el organismo.
La
mayoría de las enzimas son proteínas y algunas requieren de la
existencia de un cofactor para realizar su actividad catalítica. Las
enzimas actúan proporcionando un “ambiente ideal” dentro del
cual una reacción química puede transcurrir a mayor velocidad, pero
sin generar alguna clase de alteración en la misma [6]. Estas se
clasifican de acuerdo al tipo de reacción que catalizan, en este
tema nos centraremos específicamente en las enzimas de fase 2.
Las
enzimas de fase 2 (transferasas o conjugasas) están implicadas en el
proceso de desintoxicación celular, que es la eliminación de
compuestos tóxicos o de desecho. Estas enzimas actúan sobre
compuestos que se encuentran dentro de la célula, generando un
metabolito con mayor masa molecular y con un coeficiente de reparto
agua-lípido mayor, y se genera un cambio en la carga eléctrica del
compuesto lo que lo hace más soluble y de esta manera se favorece su
eliminación [1].
¿CÓMO
PUEDEN LAS ENZIMAS PROTEGERNOS DEL CÁNCER?
Entendiendo
que los carcinógenos de acción indirecta requieren de una
activación metabólica y que la mayoría de las reacciones químicas
dentro del organismo son catalizadas por enzimas se ha generado gran
interés en el estudio de las vías enzimáticas implicadas en el
proceso de generación de cáncer (carcinogénesis) y se ha planteado
la posibilidad de emplear enzimas como tratamiento o método
preventivo en diferentes tipos de cáncer [3], [4].
En
la actualidad, a través del conocimiento generado mediante múltiples
estudios, se sabe que existen sustancias biológicamente activas
presentes en algunas verduras, semillas o incluso en el café, que
tienen la capacidad de inducir y mejorar la actividad de estas
enzimas, en especial la enzima conocida como glutatión S-transferasa
(GST) [3]. Diversos fármacos que contienen estás sustancias han
mostrado un gran impacto benéfico en la salud, algunos de ellos
serán mencionados en esta revisión.
Se
ha estudiado el uso de Oltipraz en animales, un compuesto
organosulfurado derivado de verduras crucíferas (brócoli, coliflor,
col) rico en ditioltionas, inductor de enzimas de fase II (GST), este
compuesto permite la eliminación de la forma activa de la aflatoxina
b1. Con el uso de Oltipraz se ha visto una notable disminución de
los biomarcadoresque nos indican la exposición a aflatoxinas, siendo
indicadores importantes de riesgo para desarrollo de carcinoma
hepatocelular (aflatoxina-N7- guanina en orina y aflatoxina-albúmina
presente en suero) [3].
El
uso de esta sustancia ofrece una alternativa preventiva en
poblaciones de alto riesgo. También se ha demostrado en modelos de
roedores que el uso de Oltipraz inhibe la formación de cáncer de
vejiga, sangre, colón, riñón, hígado, pulmón, estómago y tejido
mamario, aunque sus efectos secundarios no han sido bien estudiados
[3].
Se
ha tenido un gran interés en los brotes de brócoli (germinado) o
preparaciones de semillas como agente quimiopreventivo. Los brotes de
brócoli cuentan con una elevada cantidad de glucosinolatos (10-100
veces más que en el brócoli maduro). A partir del precursor
“glucorafanina” de la familia glucosinolatos, se obtiene la
sustancia conocida como sulforafano, un potente inductor de la
señalización de NRF2. La trascripción de NRF2 regula las
respuestas de supervivencia celular a la exposición de especies
reactivas de oxígeno, con lo que podría ejercer su efecto
quimiopreventivo en cáncer de próstata, pulmón, estómago, colon,
recto y carcinoma hepatocelular [2].
La
clorofilina un derivado de la clorofila también ha demostrado ser un
agente quimiopreventivo eficaz en carcinoma hepatocelular inducido
por aflatoxinas, por su acción al impedir la absorción de estas
toxinas a nivel gastrointestinal y también como inductor de enzimas
que facilitan su eliminación [4].
CONCLUSIÓN
Los
constantes estudios e investigaciones acerca de los procesos que
ocurren en la generación del cáncer ha permitido la obtención de
múltiples conocimientos y por tanto el desarrollo de mejores
herramientas de diagnóstico, así como de innovadores tratamientos
que son cada vez más efectivos y poseen menos efectos secundarios.
Sin embargo, por diversos factores, en el mundo cada día aumenta el
número de enfermos de cáncer tanto en países desarrollados como en
vías de desarrollo, lo que propiciará que en un futuro los
habitantes de las regiones con alta incidencia tengan acceso limitado
a tratamientos de alto costo, por tanto, aquí radica la importancia
de la prevención.
Según
la OMS un tercio de los casos de cáncer son prevenibles. La
prevención de cáncer puede lograrse con cosas tan sencillas como
realizar un cambio en el estilo de vida. El aumento de la actividad
física, la disminución o interrupción del consumo de alcohol y
tabaco, la aplicación de vacunas, así como evitar la exposición a
agentes ambientales cancerígenos han mostrado reducir las tasas de
incidencia de cáncer en diferentes poblaciones [7]. A esto se suma
ahora el uso de sustancias quimiopreventivas.
Aun
cuando los quimiopreventivos inductores de enzimas de fase 2 aquí
mencionados aún están en estudio, la eficacia que han mostrado en
modelos animales y pequeñas poblaciones ha generado un nuevo
panorama en el área de la prevención y plantea la posibilidad de en
un futuro poder expandir su uso y disminuir así la incidencia de
cáncer a mayor escala.
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