Can your heart handle your weight? It is the end of your life ... Or the beginning of a better future.
¿Tu
corazón puede con tu peso?
Es
el fin de tu vida… O el inicio de un mejor futuro.
Lugo-Silva ML1, Salazar-Pérez EDLA1,
González-Ortiz O2, Rivera-Chávez MJ3, Urzúa-González AR3.
1. Estudiantes de la licenciatura en Médico Cirujano, 7mo
semestre, Departamento de Medicina y Nutrición, División de Ciencias de la
Salud, Universidad de Guanajuato, México.
2. Profesor invitado de la Universidad de Guanajuato.
Especialista en Cardiología.
3. Coordinadores del Módulo de Medicina Interna de Fase
2, de la licenciatura en Médico Cirujano, Departamento de Medicina y Nutrición,
División de Ciencias de la Salud, Universidad de Guanajuato, México
Abstract
Obesity by itself is
a disease, which makes people susceptible to other degenerative diseases where
weight influences the persistence of these, but is not the main cause. There is
a disease where weight is the direct cause and effect of this that is presenting
obesity causes a set of symptoms and signs, called Obesity Hypoventilation
Syndrome, which involves alterations at the level of lungs and heart that
conditions the functionality of person. Its presentation is chronic and leads
to several limitations, however, healing is possible. The main treatment is
weight reduction through exercise, thus avoiding the appearance of added
problems and improving the quality of life of the person.
Resumo
A obesidade por si só é uma doença, que torna as pessoas
suscetíveis a outras doenças degenerativas onde o peso influencia a
persistência destes, mas não é a principal causa. Existe uma doença em que o
peso é a causa e efeito diretos, ou seja, apresentar obesidade que causa um
conjunto de sintomas e sinais, denominada síndrome de hipoventilação da
obesidade, que envolve alterações no nível dos pulmões e do coração que
condiciona a funcionalidade da pessoa. Sua apresentação é crônica e leva a
várias limitações, no entanto, a cura é possível. O principal tratamento é a redução
de peso através do exercício, evitando a aparência de problemas adicionais e a
melhoria da qualidade de vida da pessoa.
Resumen
La Obesidad por sí misma es una enfermedad, la cual hace
susceptible a las personas a padecer otras enfermedades degenerativas donde el
peso influye en la persistencia de estas, pero no es la causa principal. Existe
una enfermedad donde el peso es la causa-efecto directo de este, es decir, el
presentar obesidad provoca un conjunto de síntomas y signos, denominado Síndrome
de Hipoventilación Obesidad, el cual involucra alteraciones a nivel de pulmones
y corazón que condiciona la funcionalidad de la persona. Su presentación es
crónica y conlleva a varias limitantes, sin embargo, curarse es posible. El
principal tratamiento es la disminución de peso mediante el ejercicio, logrando
así evitar la aparición de problemas agregados y mejorando la calidad de vida
de la persona.
Introducción
Podríamos hacer el ejercicio de enumerar cuántos de
nuestros familiares, amigos y conocidos son “gorditos”. Fácilmente podríamos
contar a más de uno, y si además les preguntamos si se consideran enfermos, la
respuesta probablemente sería un No, pues no lo ven como un problema de salud,
simplemente se ven a sí mismos “más llenitos”, pero sin que influya
negativamente en ellos, a pesar de que todos observen que les falta el aire al
realizar actividades.
¿Pero cuál es el motivo por el que es necesario lograr
esta reducción de peso? No se trata únicamente de un aspecto superficial, donde
el ser delgado solamente mejora la apariencia física, sino que es bien conocido
que las personas que presentan esta condición tienen mayor posibilidad de
presentar otras enfermedades que pueden comprometer su vida como lo son la Diabetes,
la Hipertensión Arterial y la Enfermedad Renal Crónica, entre otras, donde el
peso puede influir en su presentación y agravamiento.
D
Existe una enfermedad en la cual el peso puede ser la
diferencia entre vivir o morir. Conocido como Síndrome de Hipoventilación
Obesidad (SHO), el cual ocurre cuando una persona obesa no está inhalando y
exhalando el aire de los pulmones de forma adecuada debido a que el exceso de
grasa genera mayor dificultad para respirar, por lo tanto, se impide la
principal acción de los pulmones: llevar oxígeno a la sangre.
Como ya se podrán imaginar, la falta de oxígeno es grave.
Pero este proceso es el inicio y no es el único problema que se presenta, sino
que poco a poco se presentarán más problemas; pueden presentarse algunos
síntomas nocturnos, como lo son pausas en la respiración mientras la persona
duerme, lo que tendrá como resultado que no se logre un descanso completo, por lo
tanto, mayor cansancio y falta de energía durante el día que finalmente
interferirá con las actividades diarias de la persona y peor aún, podría
afectar la vida de quienes lo rodean.
Sin embargo, cuando hablamos sobre el corazón en SHO, sí
ocurren cambios que generan un crecimiento de este órgano. Podríamos decir que
las personas se hacen de un “gran corazón”, pero esto es debido a que comienza a trabajar
con mayor esfuerzo porque los pulmones no están llevando suficiente oxígeno a
la sangre y la respuesta que tiene el cuerpo ante esta falla es la de aumentar
las contracciones del corazón para tratar de compensar esa falta de oxígeno en
los tejidos, generando que el corazón comience un proceso de cambios,
aumentando su tamaño, para intentar cumplir con los requerimientos que impone
el exceso de peso. En un inicio, el trabajo extra que hace el corazón sí logra
compensar la falta de oxígeno, pero como ocurriría con cualquier otro tejido
vivo, la sobrecarga de trabajo termina fatigando al corazón, el cual no logra
soportar la obesidad y como podrán suponer, si este órgano falla, ¡será fatal
para la persona!
Con todo lo que ya explicamos, podemos decir que las
características principales del SHO son dos: una persona obesa que presenta
dificultades para respirar y que comienza a tener modificaciones en su corazón
las cuales pueden llevarlo a la muerte. Suena muy aterrador, ¿no?
Ahora nos podemos hacer la pregunta más importante de todas,
¿cómo puedo solucionar mi problema de obesidad? Sin duda hay una gran oferta de
“productos” para la disminución de peso, desde la venta de pastillas que
garantizan la reducción de la grasa excedente, licuados “mágicos” que lograrán bajar
tallas o métodos más extremistas, como “engraparse” la lengua para dejar de
comer alimentos sólidos y de esa forma llevar exclusivamente una dieta líquida.
Todas estas opciones tienen un fundamento común: el ejercicio es algo difícil,
que requiere mucho esfuerzo y por lo general no se ven resultados de forma
rápida.
Antes de continuar debemos aclarar desde ahora que
ninguna de estas opciones son las indicadas para bajar de peso, pues la única
forma segura y confiable para reducir la obesidad es el ejercicio, y si además
se acompaña de una dieta adecuada, los resultados serán mayores.
El ejercicio es fundamental para mejorar la calidad e
incluso alargar el tiempo de vida. Para realizarlo correctamente hay que seguir
recomendaciones basadas en fuentes confiables para lograr evitar nuevos
problemas de salud que pueden generar problemas renales, hepáticos o incluso la
muerte.
La Asociación Americana de Diabetes y el Colegio
Americano de Medicina Deportiva han realizado una gran labor al efectuar
investigaciones que garantizan el tipo y tiempo de actividades necesario para
lograr bajar de peso y mantenerlo en rangos adecuados, que a su vez mejorará otros
síntomas de enfermedad como la diabetes o hipertensión. El tipo de ejercicio
sugerido es aeróbico, teniendo como mejores opciones la caminata rápida,
trotar, correr, nadar, montar bicicleta al aire libre y subir escaleras.
Para obtener un mayor resultado en la reducción de peso
estos ejercicios se deben acompañar de ejercicios de resistencia, como lo es el
levantamiento de pesas u otros donde se utiliza el propio peso corporal para
ejercitar los músculos (flexiones, abdominales, sentadillas, ejercicios sentado
contra la pared y lagartijas). El tiempo recomendado ejercicio aeróbico es de 30
minutos, con una intensidad moderada a vigorosa por lo menos 5 días a la semana
o un total de 150 minutos semanales para mantener el peso actual y mejorar la
salud cardiovascular. Es importante remarcar que se debe realizar actividad
física por lo menos tres días a la semana y evitar descontinuarlo por 2 días
seguidos. Para disminuir el peso se requieren más de 30 minutos según lo tolere
el paciente hasta completar 60 minutos al día y seguir con la rutina después
para prevenir la recuperación de peso. La disminución de peso será más notable
con una dieta con menor cantidad de alimentos y mayor calidad de los
nutrimentos.
Claro que en un inicio será complicado realizar rutinas
de ejercicios ya mencionados, pues el cuerpo va disminuyendo su capacidad para
realizar actividades físicas y para muchos la principal dificultad es la fatiga
que sienten al comenzar, además de la sensación de falta de aire. Estos son
puntos importantes que considerar, ya que no podemos indicar una rutina muy
demandante, sino que todos los ejercicios se deben realizar de manera
escalonada, aumentando cada vez más la dificultad conforme el cuerpo vaya
recuperando su resistencia y se presenten menos complicaciones durante las
rutinas. Por ejemplo, si una persona que nunca había realizado alguna actividad
física previa puede comenzar con 10 minutos de ejercicio al día e ir aumentando
progresivamente.
¿Y cuántas veces no se ha escuchado la frase “No hago
ejercicio porque no tengo tiempo” o “Tengo muchas ocupaciones como para hacer
ejercicio”? Pues ahora eso se puede refutar fácilmente, ya que una buena opción
para no hacer los 30 o 60 minutos de actividad física al día es dividir esos minutos
en períodos de 10 minutos o más. Las investigaciones han demostrado que, si
hace esta distribución de tiempo, ¡los beneficios son los mismos!
Debemos generar conciencia en las personas para que
acepten a la obesidad como una enfermedad y que además de buscar su
tratamiento, lo más importante será la prevención, pues no debemos esperar a
que se presente el SHO para comenzar el cambio en el estilo de vida. Ya sabemos
que es posible curar la obesidad y que su principal tratamiento es el
ejercicio, por lo tanto, la base de la prevención debe estar enfocado a este;
promover la actividad física diaria e informar sobre los riesgos que conlleva el
exceso de peso nos permitirá llevar a la población a ser más saludable y
reducir la presentación de enfermedades que amenacen la vida.
Conclusión
En la vida aparecen enfermedades con diferentes orígenes;
muchas de éstas las podemos curar y otras solo se mantienen silentes con
tratamientos médicos, pero de igual forma hay muchas que se pueden prevenir. El
SHO se está presentando con mayor frecuencia en nuestra población, y lo
alarmante es que las personas no le dan la importancia necesaria a la principal
causa de este problema. Es fundamental dar a conocer a la población que la
obesidad es una enfermedad seria, que debe ser atendida de forma rápida y la
mejor opción para lograrlo es mediante el ejercicio y una dieta adecuada,
buscando mejorar el estado funcional de la persona con base en un estilo de
vida saludable.
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